martes, 22 de junio de 2010

Lo que creí que algún día odiaría…

La verdad no parece que ya hubiera pasado un año desde que me convertí en interno y relate en mi blog mi primer día, mis primeros reportes, la primera vez que un doctor me hizo sentir mal …en fin son tantos sentimientos que experimenté a lo largo de un año que me cuesta explicar con palabras como me siento en estos momentos.

Ayer fue mi penúltima guardia y mientras rondaba por el hospital decidí ir un rato a la residencia y me senté y miré hacia la pared porque un calendario con el mes de junio hecho a mano por alguno de mis compañeros marcaba con una cruz cada día transcurrido para que finalizara el internado…lo miré detenidamente: “20 de junio” ; conté los días restantes resaltados con plumín rojo y al fin me calló el veinte, me di cuenta que estaba a tan solo cinco días para que lo que llegó a convertirse en una rutina en mi vida terminara para siempre…

Me sentí feliz por dejar el hospital dentro de poco pero ese mismo sentimiento rápidamente se transformó en tristeza y sentí un dolor en la boca del estómago por todos mis amigos que tendré que dejar de ver…y fue así que cada experiencia que viví con ellos en el hospital regresó a mi mente y me hicieron sentir más triste, más triste incluso que cuando me gradúe del instituto…y me di cuenta que eso se debía a que al convivir tanto tiempo con mis compañeros más del que si estuviéramos en la misma escuela ya que el internado es intensivo, los lazos que se crean son realmente más profundos (casi como si fueran de tu familia) que los que creas regularmente con la gente con la que convives y ves solo por 8 horas.

Con forme el día de mi despedida del internado se acerca siento que la fecha se convierte en un hecho irreal lleno de sentimientos encontrados porque lo que creí que algún día odiaría al fin de cuentas terminó dándome una enseñanza de vida que nunca olvidaré y me dio más mejores amigos a agregar a mi lista que antes era de solo 2, porque amigos tengo un montón pero mejores amigos encontré otros 4, ¡ya tengo 6!

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Ahí falta Ángel

amigos

1 comentario:

Pablo Cabañas dijo...

Así es, cuando menos te lo imaginas, lo odioso puede resultar ya parte de tí.

(aunque muy rara vez, lo más-más odioso en verdad sí que te quitas de un peso de encima cuando termina xD)